I. La importancia del diálogo intergeneracional:
La importancia del diálogo intergeneracional reside en crear un puente de entendimiento y colaboración entre adultos y jóvenes en relación al uso de la tecnología. Para construir este puente, se deben considerar tres aspectos fundamentales:

1. Reconocer y aceptar las diferencias entre el mundo adulto y el joven:
- Es crucial comprender que la tecnología ha irrumpido en la vida de cada generación de manera distinta. Los adultos han experimentado una incorporación gradual de la tecnología, adaptando sus hábitos y rutinas a las nuevas posibilidades. Por otro lado, los jóvenes son nativos digitales, han crecido rodeados de dispositivos y su cerebro se ha desarrollado en constante interacción con el mundo digital.
- Esta diferencia en la experiencia vital con la tecnología genera perspectivas, expectativas y necesidades distintas. Pretender que los jóvenes adopten un modelo de uso basado en la experiencia adulta es un error. Se debe reconocer su realidad y adaptar las estrategias a sus necesidades específicas.
- En el ámbito educativo, por ejemplo, es fundamental entender que el uso de la tecnología. En el aula debe adaptarse a la capacidad madurativa del alumnado. No se trata de imponer un modelo único, sino de integrar las herramientas digitales de forma gradual y significativa en el proceso de aprendizaje.

2. Establecer límites claros y negociados:
- La familia es el espacio ideal para establecer un diálogo abierto y honesto sobre el uso de la tecnología. Las normas y límites sobre el tiempo de uso, los contenidos permitidos y las actividades online deben ser fruto de un consenso entre adultos y jóvenes.
- Imposiciones unilaterales por parte de los adultos generan resistencia y conflicto, mientras que la negociación fomenta la responsabilidad y la autonomía de los jóvenes. Las reglas negociadas son mejor aceptadas y comprendidas por ambas partes, lo que facilita su cumplimiento.
- La negociación también es una oportunidad de aprendizaje para los jóvenes. Al participar en la toma de decisiones sobre el uso de la tecnología, desarrollan habilidades de comunicación, argumentación y resolución de conflictos.
- El uso de herramientas como el «Plan digital familiar» de la Asociación Española de Pediatría puede ser útil para guiar este proceso de diálogo y negociación. Este plan ofrece recomendaciones y pautas adaptadas a las diferentes edades, y permite a la familia personalizar las normas según sus necesidades.

3. Identificar amenazas comunes:
- A pesar de las diferencias en su relación con la tecnología, adultos y jóvenes comparten la preocupación por los riesgos inherentes al mundo digital. El ciberacoso, la exposición a contenido inapropiado, la adicción a las pantallas, la desinformación, el robo de datos y las violaciones a la privacidad son amenazas que afectan a todos.
- Reconocer estas amenazas comunes es el primer paso para crear estrategias de prevención conjuntas. El diálogo intergeneracional permite compartir información, experiencias y recursos para abordar los riesgos de forma más eficaz.
- Los jóvenes, por su familiaridad con el entorno digital, pueden aportar conocimientos valiosos sobre las nuevas tendencias, las plataformas más populares y los riesgos emergentes.
- Los adultos, por su experiencia de vida y su capacidad crítica, pueden guiar y orientar a los jóvenes en la evaluación de la información, la toma de decisiones y la gestión de riesgos.
En resumen, el diálogo intergeneracional es una herramienta esencial para construir una cultura de uso responsable y saludable de la tecnología en la familia. Reconocer las diferencias, negociar los límites e identificar las amenazas comunes son los pilares de este diálogo, que debe estar basado en la comunicación abierta, el respeto mutuo y la confianza.
II. Fomentar la comunicación abierta y empática:
Fomentar una comunicación abierta y empática es esencial para construir una relación de confianza con los jóvenes y guiarlos en un uso responsable y seguro de la tecnología. Para lograr esto, se deben crear espacios de diálogo desde la infancia, donde se priorice la escucha activa y se eviten los juicios o críticas.
Para fomentar esta comunicación debemos:

Crear espacios de diálogo:
- Es fundamental que las familias fomenten espacios de diálogo donde los jóvenes se sientan cómodos y seguros para expresar sus opiniones, dudas e inquietudes sobre el mundo digital.
- Estos espacios de diálogo deben estar libres de juicios y críticas, y basarse en la escucha activa por parte de los adultos. Es importante que los jóvenes sientan que se les escucha y que sus opiniones son valoradas.
- Este clima de confianza es fundamental para que los jóvenes acudan a sus padres o tutores cuando se enfrentan a problemas o situaciones de riesgo en el entorno digital.
- La comunicación abierta y empática también permite a los adultos conocer mejor los intereses, motivaciones y necesidades de los jóvenes en el mundo digital, lo que facilita la creación de estrategias de acompañamiento más efectivas.

Conversar sobre la tecnología:
- Los adultos deben mostrar interés por la vida digital de los jóvenes. Preguntarles por sus referentes digitales (influencers, youtubers, streamers, etc.), el tipo de contenido que consumen, las redes sociales que utilizan, los videojuegos que les gustan, o incluso las noticias falsas que detectan, son formas de abrir canales de comunicación y fomentar la confianza.
- Estas conversaciones no solo promueven la confianza, sino que también son una oportunidad de aprendizaje para ambas partes.
- Los jóvenes pueden compartir sus conocimientos sobre el mundo digital con los adultos, ayudándoles a comprender mejor las nuevas tendencias y los riesgos emergentes.
- Los adultos, por su parte, pueden aportar su experiencia y perspectiva crítica para guiar a los jóvenes en un uso responsable y seguro de la tecnología.
- Es importante hablar de los riesgos asociados al uso de la tecnología, como el ciberacoso, la exposición a contenido inapropiado, la adicción a las pantallas o el robo de datos.
- Estas conversaciones deben abordarse con naturalidad, sin alarmismo pero con seriedad, para que los jóvenes comprendan la importancia de la prevención y la protección en el entorno digital.
- Conversar sobre noticias falsas o desinformación es una excelente forma de fomentar el pensamiento crítico y la capacidad de análisis de los jóvenes.
- Se les puede enseñar a identificar las fuentes de información confiables, a contrastar la información y a desarrollar una actitud crítica frente a los mensajes que reciben en el entorno digital.
En resumen, la comunicación abierta y empática es la base de una relación de confianza entre adultos y jóvenes, y es clave para acompañarlos en un uso responsable de la tecnología. Crear espacios de diálogo seguros y conversar sobre la tecnología de forma natural y sin juicios son dos estrategias fundamentales para lograr este objetivo.
III. El papel de los padres como modelos a seguir:
El papel de los padres como modelos a seguir es esencial en la educación digital de los hijos. La coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, junto con una reflexión crítica sobre el propio uso de las pantallas, son fundamentales para construir una relación de confianza y para que los jóvenes desarrollen hábitos saludables y responsables en el mundo digital.

Ser coherentes entre el discurso y la acción
- La confianza se construye con el ejemplo. Los padres deben ser modelos a seguir, demostrando un uso responsable y equilibrado de la tecnología. No se puede pedir a los jóvenes que moderen su tiempo de pantalla si los adultos no hacen lo mismo.
- Establecer normas claras en el hogar sobre el uso de la tecnología es importante, pero solo será efectivo si los adultos también las respetan. Ejemplos de estas normas pueden ser horarios de desconexión, espacios libres de dispositivos (como durante las comidas) o límites en el acceso a ciertos contenidos.
- La incoherencia entre el discurso y la acción genera confusión en los jóvenes y debilita la autoridad de los padres en la educación digital. Si se les dice una cosa pero se hace otra, los niños aprenderán más de lo que ven que de lo que se les dice.
- Un estudio de UNICEF revela datos preocupantes: solo el 29,1% de los padres establecen normas sobre el uso de la tecnología, mientras que el 36,8% usan el móvil durante las comidas. Esta contradicción dificulta la educación digital de los hijos y puede llevar a la percepción de que las reglas no son importantes o que no se aplican a los adultos.

Reflexionar sobre el uso personal de las pantallas
- Es fundamental que los adultos evalúen críticamente su propio uso de la tecnología y se pregunten si están siendo un modelo adecuado para sus hijos. La adicción a las pantallas, la sobreexposición a las redes sociales o el uso compulsivo del móvil son hábitos que los adultos pueden transmitir sin darse cuenta, dañando la confianza que los hijos tienen en ellos.
- Diversas fuentes indican que el uso de pantallas por parte de los padres interfiere con las interacciones de calidad con sus hijos, lo que puede tener consecuencias negativas en su desarrollo emocional y social. Para fomentar la comunicación y el apego seguro, es necesario dedicar tiempo de calidad sin la presencia de dispositivos.
- Los adultos deben ser conscientes del impacto de su propio uso de la tecnología en la dinámica familiar y esforzarse por ser un modelo positivo para sus hijos. La educación digital empieza por uno mismo.
- La Sociedad Canadiense de Pediatría recomienda priorizar las rutinas diarias, como la interacción cara a cara, el sueño y la actividad física, por encima del uso de las pantallas.
En definitiva, la coherencia y la autocrítica son claves para generar confianza y para que la educación digital en el hogar sea efectiva. Los padres deben ser conscientes de que sus acciones tienen un gran impacto en sus hijos, y que su ejemplo es la mejor herramienta para guiarlos hacia un uso responsable y saludable de la tecnología.
IV. Herramientas para la mediación parental
Las herramientas de mediación parental, como el control parental y el establecimiento de normas y límites, no solo protegen a los niños y adolescentes en el entorno digital, sino que también fomentan la comunicación y la confianza en el hogar.
Es fundamental que la implementación de estas herramientas se aborde desde el diálogo y la comprensión, explicando a los jóvenes el porqué de las mismas y asegurándose de que se sientan escuchados y respetados.

Control Parental
- Informarse y utilizar herramientas de control parental:
- El control parental consiste en una serie de funcionalidades que permiten a los padres filtrar contenido, gestionar el tiempo de pantalla, bloquear interacciones no deseadas y supervisar la actividad online. APPs como FAMILY LINK de Google permiten un control necesario y suficiente de los dispositivos móviles de los menores de edad.
- Es importante informarse sobre las diferentes opciones disponibles y elegir las que mejor se adapten a las necesidades de cada familia y a la edad del menor.
- Existen aplicaciones específicas, ajustes en dispositivos, sistemas operativos y servicios de red que ofrecen diversas funciones de control parental.
- Algunas de las funciones más comunes incluyen:
- Filtrado de contenido inapropiado (publicidad engañosa, contenido sexual, violencia, etc.).
- Control del tiempo de uso, con alertas y bloqueos.
- Seguimiento de la actividad, con informes sobre historial de navegación, búsquedas, etc.
- Geolocalización del dispositivo.
- Aunque el 93% de los adultos conoce al menos una herramienta de control parental, no todos las usan de forma efectiva. Es importante comprender su funcionamiento y configurarlas adecuadamente para que sean realmente útiles.
- Es importante recordar que el control parental es una herramienta que facilita la protección, pero no reemplaza la comunicación y el acompañamiento.

Normas y Límites
- Establecer normas claras sobre el uso de la tecnología:
- Para crear un entorno digital seguro y saludable, es esencial establecer normas claras y consensuadas con los jóvenes sobre el uso de la tecnología.
- Estas normas deben abordar aspectos como:
- Tipo de contenido: Qué tipo de contenido está permitido y cuál no (por ejemplo, redes sociales, videojuegos, plataformas de streaming, etc.).
- Tiempo de exposición: Cuánto tiempo al día pueden usar los dispositivos y a qué horas (establecer horarios de desconexión, especialmente antes de dormir).
- Compañía durante el uso: Si deben usar la tecnología solos o en compañía de un adulto (especialmente en niños más pequeños).
- Espacios libres de tecnología: Zonas de la casa o momentos del día donde no se permite el uso de dispositivos (por ejemplo, durante las comidas, en el dormitorio por la noche).
- Estas normas deben adaptarse a la edad, madurez y personalidad de cada niño. Lo que funciona para un niño de 10 años puede no ser adecuado para un adolescente de 15.
- Es fundamental que estas normas se establezcan a través del diálogo y la negociación. Explicar a los jóvenes el porqué de las normas, escuchar sus opiniones y llegar a acuerdos juntos, fomenta la confianza y la responsabilidad.
En resumen, la mediación parental en el entorno digital implica un equilibrio entre protección y confianza. El control parental y las normas son herramientas útiles, pero deben complementarse con una comunicación abierta, un acompañamiento constante y un buen ejemplo por parte de los adultos.
V. Participación de los niños en la toma de decisiones
Involucrar a los niños en la toma de decisiones que les afectan no solo es un derecho reconocido por la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), sino que también es fundamental para fomentar la comunicación, la confianza y su desarrollo como ciudadanos responsables.

Comunicación abierta y honesta:
- Establecer un diálogo constante con los niños sobre el uso de la tecnología y las normas del hogar. Es importante explicarles el porqué de las reglas, escuchar sus opiniones y llegar a acuerdos juntos.
- Fomentar un clima de confianza en el que los niños se sientan libres de expresar sus dudas, inquietudes o problemas relacionados con el entorno digital.
- Aprovechar las conversaciones sobre tecnología para abordar otros temas importantes como la responsabilidad, el respeto, la diversidad y la toma de decisiones.
Confianza y autonomía:
- Reconocer a los niños como sujetos de derechos y valorar sus opiniones.
- Involucrarlos en el proceso de creación de normas y límites para el uso de la tecnología en el hogar.
- Darles la oportunidad de tomar decisiones dentro de un marco seguro y supervisado.
- Permitirles experimentar y aprender de sus errores, siempre con el apoyo y la guía de los adultos.
- Adaptar el nivel de supervisión y control a medida que los niños demuestran madurez y responsabilidad.

Beneficios de la participación:
- Aumenta la confianza y la comunicación entre padres e hijos.
- Promueve la autonomía, la responsabilidad y el pensamiento crítico.
- Fortalece la autoestima y la capacidad de toma de decisiones.
- Prepara a los niños para ser ciudadanos activos y responsables.
Obstáculos a la participación:
- Prejuicios sobre la capacidad de los niños para tomar decisiones.
- Falta de información sobre los canales de participación.
- Escasos recursos económicos para programas de participación infantil.
Es necesario crear más espacios y oportunidades para que los niños puedan expresar sus opiniones y ser escuchados, y para que puedan influir en las decisiones que les afectan.
En conclusión, fomentar la participación de los niños en la toma de decisiones, desde un enfoque de comunicación y confianza, es esencial para su desarrollo integral y para la construcción de una sociedad más justa y democrática.
VI. Consideraciones adicionales
La diversidad familiar y la constante evolución tecnológica plantean desafíos para la comunicación y la confianza en la educación digital. Las estrategias deben ser flexibles y adaptables a cada contexto familiar, y los padres deben mantenerse informados para guiar a sus hijos de manera eficaz.

Adaptación a la Diversidad Familiar
- No existe un modelo único de familia. Las estructuras familiares son diversas y las estrategias de comunicación y confianza deben adaptarse a las necesidades y características de cada hogar.
- Factores a considerar:
- Nivel socioeconómico: El acceso a la tecnología y los recursos para la educación digital pueden variar según el nivel socioeconómico.
- Nivel educativo de los padres: La comprensión de la tecnología y la capacidad para guiar a los hijos pueden verse influenciadas por el nivel educativo de los padres.
- Estructura familiar: Familias monoparentales, familias numerosas, familias con miembros con discapacidad, entre otras, pueden requerir enfoques específicos.
- Valores y creencias: Los valores y creencias de cada familia influyen en la percepción de la tecnología y las normas que se establecen en el hogar.
- Es fundamental que las instituciones y los programas de apoyo a las familias tengan en cuenta esta diversidad y ofrezcan recursos y estrategias adaptadas a las diferentes realidades.

Actualización Constante
- La tecnología evoluciona a un ritmo acelerado. Nuevos dispositivos, aplicaciones, plataformas y riesgos surgen continuamente.
- Es esencial que los padres se mantengan actualizados sobre las últimas tendencias y desarrollen sus propias competencias digitales para poder guiar a sus hijos de manera eficaz.
- Mantenerse informado sobre:
- Nuevas tecnologías y sus usos: Comprender las nuevas tecnologías que utilizan los jóvenes, sus beneficios y sus riesgos.
- Riesgos emergentes: Estar al tanto de los nuevos riesgos en línea, como el ciberacoso, la sextorsión, la exposición a contenido inapropiado, etc.
- Herramientas de control parental: Conocer las últimas herramientas de control parental y sus funcionalidades.
- Recomendaciones de expertos: Consultar fuentes confiables de información sobre el uso responsable de la tecnología, como organizaciones de protección a la infancia, instituciones educativas o profesionales de la salud.
- La actualización constante permite a los padres:
- Adaptar las normas y los límites en el hogar a las nuevas realidades.
- Mantener conversaciones informadas con sus hijos sobre la tecnología.
- Identificar y prevenir posibles riesgos de manera temprana.
- Ser un modelo a seguir para sus hijos en el uso responsable de la tecnología.
En definitiva, la adaptación a la diversidad familiar y la actualización constante son pilares fundamentales para la comunicación y la confianza en la educación digital. Solo a través de la flexibilidad, la comprensión y la información actualizada, los padres podrán guiar a sus hijos hacia un uso responsable, seguro y enriquecedor de la tecnología.